Los omega-3 son ese ácido graso poliinsaturado esencial y beneficioso que nunca supiste que necesitabas. No siempre se les da el crédito que merecen, pero eso puede deberse a su función principalmente preventiva. Esto significa que no solucionan nada directamente, sino que son componentes saludables que pueden ayudar a prevenir la aparición de muchas afecciones. Además, son esenciales, lo que significa que el cuerpo no los produce por sí solo. Esto significa que solo se pueden obtener a través de los alimentos.
¿Qué hace realmente el omega 3? El omega 3 es un componente fundamental de la membrana celular (capa externa) y su deficiencia puede afectar la recepción celular. En resumen, puede afectar la capacidad de las células para recibir instrucciones y realizar su trabajo. Los omega 3 también son precursores (necesarios primero) para producir muchas hormonas. Las hormonas son uno de los principales sistemas de comunicación con las células. Esto es importante porque muchas funciones del cuerpo a nivel celular pueden verse afectadas.
Debido al papel fundamental de los ácidos grasos omega 3, la falta de omega 3 puede afectar procesos que incluyen la regulación de la coagulación sanguínea, la contracción y relajación de las arterias y la inflamación.
Al igual que las hormonas, el omega 3 también se comunica con las células. Esta comunicación regula las funciones genéticas. Se ha demostrado que el omega 3 ayuda a prevenir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, puede ayudar a controlar el lupus, el eccema y la artritis reumatoide, y puede tener un efecto protector contra el cáncer y otras afecciones. Se cree que esto se debe a la comunicación del omega 3 con las células.
Los alimentos ricos en omega 3 son el pescado (todos los tipos), los aceites vegetales, los frutos secos (especialmente las nueces), las semillas de lino y el aceite de linaza. El omega 3 se presenta en diferentes formas: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentran típicamente en el pescado y el marisco. El ácido alfa-linolénico (ALA) se encuentra en los aceites vegetales y las semillas de lino.
Los probióticos puros son una buena combinación de formas EPA y DHA de omega 3. Nuestros probióticos están formulados con una proporción EPA:DHA de 2:1, ya que se ha demostrado que es más eficaz para reducir los factores de riesgo inflamatorios.